El primer fármaco desarrollado con Inteligencia Artificial ya está en su fase de prueba
Insilico Medicine es una empresa china que está desarrollando un nuevo tratamiento para combatir la fibrosis pulmonar idiopática, para ello está llevando a cabo investigaciones que incluyen la aplicación de Inteligencia Artificial generativa para elaborar un medicamento. Si estos ensayos tienen una conclusión positiva, podría estar disponible en el mercado en un tiempo cercano y sería el primer fármaco generado de esta manera.
La FPI es una enfermedad crónica que afecta a los pulmones y se trata de una afección grave de la cual no se conoce aún su causa exacta. Se caracteriza por la formación de cicatrices en los pulmones y si bien existen tratamientos, estos se caracterizan por retrasar su progresión y puede provocar efectos secundarios. En las últimas décadas ha ido en aumento y según varios estudios, si no tiene un tratamiento adecuado puede acabar matando al paciente en un plazo que va de los 2 a los 5 años.
En 2019, la compañía identificó una serie de proteínas estructurales que podrían ser las causantes de esta enfermedad por medio de estos modelos de aprendizaje, luego de un trabajo de rastreo de grandes volúmenes de datos. Luego procedieron a utilizar otro conjunto de estas herramientas para identificar cual de esas proteínas podría estar causando esto, para interrumpir su actividad.
De momento, se encuentran realizando un ensayo controlado que durará unas 12 semanas, pero que en caso de ser exitoso, podría expandirse a otros países para ampliar la cantidad de participantes y poder tener al fármaco en el mercado lo antes posible. Estamos hablando de un proceso de investigación y desarrollo científico que podría cambiar la matriz productiva de los medicamentos y tener un impacto social positivo a escala mundial.
¿Qué son las IA generativas y cómo funcionan?
El uso de la Inteligencia Artificial generativa inició en el 2014 con versiones mucho más primitivas que lo que existe en la actualidad. A estos modelos se los conoce como redes generativas adversariales (GAN), y se trata de dos IA que compiten entre ellas. La primera de ellas buscará crear una imagen, y la segunda evaluará sus defectos hasta que la misma sea perfecta.
El trabajo de Insilico Medicine consiste en proporcionar la estructura cristalina de las proteínas a 500 modelos de aprendizaje diferentes para que estos puedan identificar una molécula que sea capaz de alterar a la proteína objetivo. Luego, los investigadores analizan las propuestas más prometedoras y prueban entre 15 y 20 de ellas. Aquellas con mejores condiciones son introducidas nuevamente dentro de los sistemas generativos para repetir el proceso hasta encontrar la más eficiente.
Cuando la empresa se propuso dar con la solución para combatir la FPI, comenzó con el desarrollo del INS018_055, nombre con el que se conoce de momento al medicamento. En sus primeros pasos se centraron en la creación de algoritmos y tecnología para mejorar el funcionamiento de las IA, hasta tener lo que buscaban. Una vez conseguido este primer objetivo, lo llevaron a las pruebas que ya se encuentran en la fase 2 con voluntarios de China, Nueva Zelanda y Australia.
Estos estudios suelen llevar muchísimos más años de trabajo, debido a que las moléculas que aparecen cómo candidatas terminan fracasando en un 99% de las ocasiones. Por lo que este descubrimiento supone una reducción en la tasa de fracaso, lo que a su vez significa un ahorro y una mayor eficiencia. La tecnología podría acelerar el descubrimiento de medicamentos más rápido que nunca.
El futuro de los fármacos con IA
Desde la empresa, aseguran que están desarrollando tratamientos para otras enfermedades con el apoyo de la Inteligencia Artificial, en lo que supone un cambio a los desafíos actuales para la producción de fármacos que combaten enfermedades.
Recientemente, Insilico Medicine obtuvo la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para iniciar los ensayos clínicos en un tratamiento contra el COVID-19, y también en otro que se encuentra en una fase previa de desarrollo para potencialmente poder combatir el cáncer.