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Barbara Grane  

Impacto social: 5 ideas concretas para reconvertir a tu empresa

La llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE) requiere un abordaje integral y determinados planes de acción para poner en práctica. A continuación, 5 vías para avanzar en este importante camino. 

¿Qué significa una empresa con impacto social? Básicamente, que tenga bien claro que su campo de acción no se circunscribe solo al beneficio económico y que además, obre en consecuencia.

En este último tiempo, este paradigma fue el que comenzó a ganar cada vez más fuerza dentro del sector privado, primero gracias al aporte de muchos teóricos y comunicadores del management y luego por el efectivo compromiso de los hombres y mujeres de empresa.

En la actualidad, el consenso general establece que toda organización del sector privado tiene ante sí un triple impacto que respetar y velar: el económico, el social y el ambiental.

Con esos objetivos en mente, muchas empresas trabajan hace años en la llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSC), a la que muchos le agregan en el título la dimensión ecológica para hablar así de la Responsabilidad Socioambiental Empresarial.

Cómo generar impactos positivos: 5 planes de acción

Ser responsables agentes del cambio. De eso se trata este paradigma que toma en cuenta a los diferentes grupos de interés y de impacto que genera cualquier actividad económica. Y que, por ende, busca generar con ella un triple impacto positivo, algo que además es cada vez más valorado por los consumidores y el público en general.

Por supuesto que “agradar” a esas preferencias jamás debería ser el fin de ninguna de estas acciones, pero sí es cierto que esa dimensión existe y que cada vez se hace notar más.

Dicho, esto, pasemos entonces a 5 ideas y pasos concretos para que cualquier empresa, sin importar el tamaño o la operación, puede comenzar a

1. Integrar la responsabilidad socioambiental en toda la cadena de valor

En efecto, un primer paso hacia el cambio tiene que ver con revisar y optimizar todos los procesos de producción. ¿De dónde provienen nuestros insumos? ¿Qué se está haciendo respecto al medio ambiente en cada una de esas etapas productivas? ¿Cómo son las condiciones de trabajo en cada una de ellas? ¿Podemos fomentar nuevas instancias de capacitación? Todas estas son preguntas y líneas posibles de acción.

2. Poner especial atención en nuestro capital humano

Aunque suene a un término demasiado amplio, asegurar el bienestar de los empleados es uno de los objetivos que toda empresa debería asumir como esencial.

Partimos de la base de condiciones y salarios justos, claro que sí, pero luego hay toda una gama de esferas tan importante como esa base material. La creación de oportunidades para todos, el buen clima laboral, la promoción igualitaria, la batalla (diaria) contra las posibles injusticias y discriminaciones son algunas de ellas.

Asimismo, es muy importante incorporar buenas prácticas que aseguren el bienestar de maneras más integral u holística. Ya sea a través de seminarios, actividades de wellness, recompensas y premios al desempeño y otras tantas instancias más.

3. Darle mucha importancia a las políticas ambientales 

Acá se trata nuevamente de un objetivo integral y por tanto todos los organismo y miembros de la empresa deben estar involucrados. Empleados, proveedores, colaboradores, etc, son parte fundamental del cambio. Y así deben asumirlo. Por eso deben participar de todas las capacitaciones sobre el tema, ya sea tratamiento de residuos, políticas para enfrentar la contaminación o reciclaje activo.

4. Fomentar un abordaje circular de nuestros residuos

Rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar. Esas son las famosas 5 R de la economía circular y todas implican un importante rediseño en la política de residuos o desechos. ¿Se puede utilizar menos papel? ¿El que desechamos, no puede tener otra vía de reutilización? La asociación con otras empresas y fundaciones en este punto puede ser de gran ayuda. Ya sea para asesorarnos como para modificar nuestros procesos de recolección, traslado y reutilización.

5. Trabajar en un plan de energías renovables

Es quizá uno de los puntos más complejos, que en principio puede sonar demasiado ambicioso pero que en realidad puede no serlo. Cualquier empresa puede empezar a fomentar ecosistemas más “limpios” fomentando por ejemplo el uso de la bieleta. En sus empleados, con una infraestructura acorde, y también en servicios de logística que incorporen esa modalidad para ciertas distancias.

Y si de logística hablamos, es indispensable repensar los proveedores ya que hay muchas empresas que utilizan vehículos híbridos o incluso 100% eléctricos. Ese es un buen paso, lo mismo que revisar la iluminación de nuestras oficinas y planta y la relación entre electricidad y energía natural.

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