Innovación
Barbara Grane  

Bioarquitectura: un modelo de construcción de triple impacto que tiene fuerte conexión con la Argentina

Muchos arquitectos enfatizan en restablecer el equilibrio socioambiental a través del uso de materiales, principios y técnicas sostenibles. El caso de Michael Reynolds y de sus innovadoras construcciones en nuestro país. 

Es quizá una de las actividades que más repercusiones genera en la vida de las personas y del medio ambiente. Nos referimos a la arquitectura, esa disciplina y arte que se basa en proyectar, diseñar y construir el modo en que las personas habitamos este planeta.

Con orígenes que se pueden rastrear incluso en la prehistoria, la arquitectura lleva siglos y siglos moldeando nuestro entorno y la forma en que nos relacionamos con él.

En el último tiempo, las necesidades de incorporar enfoques más sostenibles fueron haciéndose lugar también en esta disciplina y así nació, entre otras tantas vertientes, la llamada bioarquitectura.

¿Qué es la bioarquitectura?

También conocida como arquitectura verde, la bioarquitectura busca crear casas y edificios empleando materiales naturales y optimizando el consumo de recursos y energía, tanto durante en la etapa de construcción como en la habitable.

A diferencia de la arquitectura convencional, prioriza el entorno donde será emplazada la obra: clima, suelo, topografía, vegetación e incluso estilo de vida de la población local son esenciales a la hora de encarar cualquier obra.

De esta manera, además, se logra uno de los objetivos centrales de la bioarquitectura: maximizar la eficiencia energética. 

¿Cómo? A través del uso de materiales como adobe, hormigón, piedra y un combinado cada vez más habitual en estas construcciones: residuos industriales reutilizados. 

Se prioriza la iluminación natural y las fuentes de energía renovables, principalmente solar y eólica.

También es central la utilización de vegetación circundante o la construcción de jardines verticales en muros, techos y terrazas. vez que purifica el aire.

Michael Reynolds, un referente global de la bioarquitectura

Nacido en Kentucky, allá por 1945, Michael Reynolds es un arquitecto norteamericano que se hizo famoso por patentar un método de construcción al que terminó bautizado “Madre Tierra”, o Earthship en inglés.

Su objetivo no fue otro que lograr el famoso triple impacto: acciones positivas en la economía, la sociedad y el medio ambiente. 

Los principios en los que se basan sus ya famosas casas son el máximo aprovechamiento del entorno natural, el impulso de las economías locales y el autoabastecimiento energético de la vivienda, así como el eficaz tratamiento de sus desechos.  

Para ello utiliza desechos industriales como botellas de vidrio, latas y neumáticos y eficientes sistemas de recolección y filtrado de agua de lluvia. 

Las aguas negras, por su parte, son tratadas con un biodigestor que además sirve para convertir los desechos en abono para las huertas agroecológicas que la vivienda contiene. La energía proviene de paneles solares, que alimenta las fuentes de luz artificial, que se utilizan de manera super eficiente, ya que

Argentina, pionera en albergar construcciones de triple impacto

El primer experimento de Michael Reynolds se dio en Ushuaia, donde junto a un equipo local se construyó en 2014 la “Nave Tierra del Fin del Mundo”, primera vivienda autosustentable en América del Sur.

Y allí, en la colaboración con la comunidad local, se esconde otro de los impactos de esta bioarquitectura ya que Reynolds siempre recurre a la capacitación y al voluntariado local para llevar a cabo sus magníficas obras.

En 2018, llegó el otro gran hito: la inauguración de la primera escuela autosustentable de la región, en la ciudad costera de Mar Chiquita, provincia de Buenos Aires.

El edificio, de más de 300 m2, se ejecutó en menos de dos meses y contó con la activa participación de la comunidad local, que se interiorizó en el método de construcción y sus consecuencias. Actualmente allí funciona la Escuela Primaria N° 12, donde más de 70 chicos estudian a diario y además comparten nociones sobre cultivos sustentables y proyectos de impacto social y ambiental.

Sin duda, una gran lección de cambio para todos.

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