Tal como afirma Barbara Grane, los Bioinsumos, se han transformado en una nueva alternativa tecnológica, que presenta la posibilidad de unir intereses diversos dentro del mundo agro. Cuentan con un papel preponderante en la actualidad, en una agricultura que cada vez se inclina más por las soluciones biológicas para producir alimentos, en función de cumplir con las exigencias de los consumidores que están cada vez más involucrados en la trazabilidad de los alimentos, el impacto ambiental y el impacto social de las producciones.

Cuando nos referimos a estos productos, hacemos referencia a aquellos de origen biológico, formulados con microorganismos, como pueden ser, bacterias, hongos o virus, que son utilizados para mejorar la productividad y la salud de las plantas, o incluso las características biológicas del suelo. 

Las nuevas perspectivas del público, han colocado al sector de la biotecnología en un lugar estratégico, que posiciona a las instituciones y las empresas del área como actores fundamentales en la generación de contenido científico-técnico y la creación de nuevas herramientas para cumplir estas demandas.

Repensar las estructuras de producción en pos de la sustentabilidad

El cambio climático, la emisión de gases de efecto invernadero y el acceso a la información, han permitido que las personas hoy sean mucho más conscientes de su huella ambiental y el impacto que esta genera sobre el medioambiente. La incorporación de los Bioinsumos, no debe ser vista sólo desde una mirada ambientalista o ecologista, sino también de costos y eficiencia. 

Existen una gran cantidad de factores que hacen casi obligatorio reformular las estrategias tradicionales y orientarlas al uso de las biotecnologías. Uno de estos, es la suba desmedida del valor de los fertilizantes químicos, que obliga a buscar alternativas que otorguen el mismo resultado pero por medio de técnicas más conscientes en cuatro a coste e impacto. 

Otro punto a tener en cuenta, va de la mano con las malezas resistentes, que debido a la introducción de químicos y agrotóxicos, han aumentado su capacidad de obstrucción. En ellas, los efectos de la bioestimulación son de vital importancia para poder mantener el potencial de rendimiento de los cultivos, además de que ayudan a combatir el estrés hídrico.

Actualmente, el mercado referido a estos productos, se encuentra en constante expansión, y la Argentina ocupa una posición fundamental en el desarrollo en Latinoamérica, siendo pioneros en el desarrollo y la adopción de estas tecnologías emergentes. Lo que fomenta el crecimiento de startups de triple impacto que buscan aumentar los beneficios, reduciendo el costo para el planeta.

Summabio: Una startup argentina a la vanguardia en el mundo de los Bioinsumos

Summabio es una startup argentina de origen cordobés, que desarrolla Bioinsumos para el sector agropecuario, y apunta a brindar una estrategia biológica para una agricultura sostenible. Tiene como principales objetivos, desarrollar y proveer soluciones y estrategias destinadas a la producción agroalimentaria manteniendo un compromiso con la sostenibilidad. 

Se destacan principalmente por desarrollar productos a base de consorcios microbianos, por medio de una tecnología conocida como MBF (Micro Bio Factory), que forma parte de una nueva generación de biotecnologías, pensadas como protagonistas esenciales de la agricultura 5.0.

Los microbianos son una asociación conformada por dos o más microorganismos, que interactúan en perfecto equilibrio, y así obtienen beneficios mutuos. Al ser llevados a las plantas, tanto en la aplicación de las de las semillas, o de manera foliar, entran en interacción con estas, y le proporcionan múltiples servicios que son resultado de las propias interacciones. Lo más relevantes son, la biosolubilización de nutrientes, que resulta en un uso más eficiente de los fertilizantes incorporados, la utilización de agua por parte de las plantas, y la bioestimulación que estimula la resistencia de la misma frente a posibles enfermedades. 

Combinando el manejo tradicional de los cultivos con sus consorcios, la propuesta tiene como objetivo el desarrollo de una estrategia integral de manejo, en la cuál no sólo se consigue un mayor rendimiento, sino también una mejor utilización de los recursos que deriven en un impacto ambiental positivo.