¿Cómo organizar eventos sostenibles y de triple impacto?
Hoy en día existen muchas maneras de asegurarnos que nuestros eventos tengan un impacto positivo no sólo en la economía, sino también en la sociedad y en el medio ambiente. A continuación, una guía de buenas prácticas sostenibles.
Hace mucho tiempo atrás, la organización de eventos era algo reservado para las grandes empresas y organizaciones.
Hoy en día, prácticamente no existe empresa de ningún rubro, tamaño ni actividad que no dedique energía, tiempo y recursos a organizar al menos un evento anual, ya sea interno como externo.
Pueden ser eventos de capacitación, de relacionamiento, instancias de marketing, rondas de negocios y otras tantas categorías más.
Lo importante es que hace años que existe una enorme industria detrás de ellos y sus impactos no son menores, tanto en la economía como en la sociedad y el medio ambiente.
Atentos a esa relevancia, y en línea con los famosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU para 2030, cada vez son más las empresas y entidades que reclaman y trabajan por la efectiva organización de eventos sostenibles.
¿Qué es un evento sostenible?
Según la propia definición de las Naciones Unidas en su programa para el Medio Ambiente de 2014, un evento sostenible es “aquel que se diseña, organiza e implementa de forma que minimice los impactos ambientales negativos y deje un legado positivo para la comunidad que lo alberga”.
Comunidad, medio ambiente y podríamos agregar, economía. Ya que para que pueda ser replicado y sostenible en el tiempo, el evento no debe significar pérdidas económicas para quien lo organiza, ni tampoco para la comunidad que lo alberga.
De esta manera, arribamos nuevamente al famoso triple impacto, clave para los desarrollos que la economía actual requiere.
Por tanto, nuestro evento debe atender las tres dimensiones:
- Ambiental. En efecto, debemos enfocarnos seriamente en minimizar el impacto ambiental de nuestro evento. Y en lo posible, deberíamos poder generar un impacto positivo en el área.
- Social. Acá podemos dar lugar a muchas facetas, ya que no solo debemos asegurar que el evento sea accesible, inclusivo, equitativo y seguro para todas las personas involucradas, sino que debemos velar también por la protección de los derechos humanos y laborales de todos los que trabajan y asisten al evento. En el mejor de los casos, el evento debería poder generar un impacto positivo en la comunidad donde se organiza, ya sea a través de contrataciones, programas de capacitación e incentivo.
- Económica. Por último, pero no menos importante, el evento debe garantizar su viabilidad económica a largo plazo, generando beneficios en toda la comunidad involucrada.
Buenas prácticas para generar eventos sostenibles y de triple impacto
- Incorporar en el evento elementos de la cultura y de la comunidad local. En esos casos, y otros, los proveedores locales, y a su vez con enfoque sostenible, siempre deben ser la primera opción a elegir.
- Programar instancias de formación sobre diversidad e inclusión, tanto en los grupos participantes como en las comunidades anfitrionas.
- Priorizar una movilidad segura, sana y sostenible. Una buena idea es el uso de transporte público compartido y también los servicios de logística con movilidad eléctrica o híbrida.
- Contratar servicios de catering sustentables, que minimicen el uso de plásticos de un solo uso y priorice los materiales reutilizables. Una buena iniciativa podría ser que el menú elegido tenga en cuenta la cultura gastronómica local.
- Buscar la eficiencia energética, ya sea en las instalaciones utilizadas como en los equipos de luces y audio. Una buena idea es buscar y priorizar horarios en los que la luz e iluminación natural.
- Evitar la proliferación de cartelería y folletería en papel que bien puede ser reemplazada por experiencias digitales. La comunicación vía mail, vía apps y el uso de códigos QR deberían ser la norma actualmente.
- Diagramar un eficaz tratamiento de residuos, con puntos de separación de desechos y centros de reciclaje de materiales inorgánicos.
- Promover acciones de comercio justo y responsable, así como el apoyo a pequeñas empresas y emprendimientos locales.
- Fortalecer la transparencia y la comunicación con los grupos de interés, informándolos y haciéndolos parte de este enfoque sostenible.