Innovación
Barbara Grane  

IA y ASG, el nuevo horizonte en la gestión empresarial

El panorama actual brinda distintas oportunidades y desafíos que permiten desplegar un accionar responsable e innovador. Entre los ejes principales, se destaca la sostenibilidad.

El posicionamiento de las empresas ante el desarrollo tecnológico actual

El informe “Artificial intelligence ESG stakes” destaca la conexión profunda entre la inteligencia artificial (IA) y los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), ofreciendo una visión exhaustiva sobre cómo la tecnología potencia la sostenibilidad.

En el ámbito empresarial contemporáneo, el análisis de datos emerge como una de las aplicaciones más significativas de la IA en relación con los principios ASG. La capacidad para procesar información brinda una excelente herramienta para comprender y mejorar el impacto ambiental y social. 

Desde la optimización del consumo de energía hasta la identificación de patrones en la cadena de suministro, la IA proporciona información valiosa que puede guiar a las compañías hacia prácticas más sostenibles y responsables.

Adicionalmente, esta desempeña un papel importante en la predicción de las tendencias ambientales. En un contexto donde los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, la capacidad de anticipar y adaptarse a estos eventos se vuelve fundamental. 

Dicha tecnología no solo ayuda a comprender posibles escenarios, sino que también permite planificar y ejecutar estrategias proactivas para mitigar impactos negativos tanto en el medio ambiente como en la sociedad.

La optimización de procesos se erige como otro componente clave en la transformación hacia la sostenibilidad. Al mejorar la eficiencia de las operaciones, se puede reducir la huella de carbono y minimizar el desperdicio.

En tanto, también puede influir en diversas áreas, desde la logística hasta la producción, asegurando que las acciones no solo sean eficientes, sino también respetuosas con el planeta.

No obstante, más allá de estas aplicaciones positivas, el informe destaca la necesidad de considerar los retos y la propia sostenibilidad de la IA. La implementación masiva de esta herramienta plantea preocupaciones éticas sobre la privacidad que deben abordarse de manera adecuada.

¿Cuáles son los principales desafíos de la ASG?

La integración de la IA plantea tanto oportunidades excepcionales como desafíos notables, destacando la necesidad de una comprensión profunda por parte de las empresas que buscan adoptar estas tecnologías.

En la intersección de la IA y ASG, uno de los principales retos radica en la ética de su uso. Desde la transparencia de los algoritmos hasta la privacidad y seguridad de los datos, las preocupaciones morales son fundamentales. 

Las empresas deben garantizar que sus aplicaciones de inteligencia artificial sean transparentes y comprensibles, especialmente cuando estas tecnologías toman decisiones o realizan análisis que afectan a los grupos de interés. 

Además, la gestión adecuada de la privacidad de los datos es esencial, dado que la recopilación y análisis masivo de información pueden plantear riesgos significativos en términos de seguridad.

La inclusión y equidad representan otro desafío. La IA tiene el potencial de perpetuar y amplificar sesgos existentes si no se diseña e implementa con cuidado. 

Por lo tanto, es necesario que las autoridades desarrollen y utilicen algoritmos de manera que fomenten la igualdad y eviten la discriminación, requiriendo una cuidadosa consideración de los conjuntos de datos utilizados para entrenar los modelos de inteligencia, asegurándose de que sean representativos y justos.

Además, esta herramienta puede desempeñar un papel significativo en la mejora de la sostenibilidad ambiental y social. Desde la optimización de la eficiencia energética hasta la reducción de residuos y la mejora de la cadena de suministro, tiene el potencial de fomentar prácticas de trabajo más seguras y saludables. 

Sin embargo, para aprovechar estas oportunidades, las organizaciones deben equilibrar cuidadosamente su implementación.

La inclusión de la IA en los altos niveles de poder

En el ámbito de la gobernanza corporativa, la IA se presenta como una herramienta valiosa para fortalecer la transparencia y la responsabilidad. 

Su capacidad para facilitar la toma de decisiones basadas en datos puede ser un activo significativo, aunque su implementación efectiva requiere el desarrollo de marcos de liderazgo robustos que aseguren su alineación con los principios éticos.

En otras palabras, es fundamental establecer políticas y prácticas que salvaguarden la privacidad de los individuos y cumplan con las regulaciones y estándares éticos pertinentes.

Para ello se deben incluir directrices claras para garantizar que los algoritmos sean justos, imparciales y representativos de la diversidad en todas sus formas.

El lado B de la Inteligencia Artificial

El consumo de energía por parte de los grandes modelos de aprendizaje automático, especialmente en procesos como el entrenamiento y funcionamiento de lenguaje natural, se convirtió en un tema de relevancia. 

Se estima que la formación de un solo modelo PLN puede generar emisiones de CO2 equivalentes a las producidas por cinco autos a lo largo de su vida útil, planteando cuestionamientos sobre la sostenibilidad de la IA.

En respuesta a estas preocupaciones, se está produciendo una serie de innovaciones destinadas a mejorar su eficiencia energética, con el fin de que el desarrollo de los algoritmos sea más eficiente respecto a su optimización.

En esta línea, grandes empresas tecnológicas como Google y Microsoft están invirtiendo en energía solar y eólica para alimentar sus centros de datos, mientras que la implementación de sistemas de enfriamiento avanzados contribuye a la reducción del consumo de energía.

Finalmente, la adopción de modelos de IA distribuida, que descentralizan tareas entre dispositivos más pequeños y cercanos a los lugares donde se necesitan los datos, emerge como una solución para reducir la cantidad de datos que se transfiere y procesan. 

Este enfoque prometedor marca el camino hacia una inteligencia artificial más sostenible y alineada con los imperativos ambientales de nuestro tiempo.

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