Impacto social: las lecciones del caso Natura
¿Hay sectores más proclives a comprometerse con el nuevo paradigma de empresas socialmente responsables? ¿Las operaciones grandes diluyen o incrementan esa responsabilidad? ¿Por qué debemos pensar sí o sí en acciones de triple impacto? Una profunda exploración de la empresa de cosméticos Natura puede ayudar a responder muchos de estos interrogantes.
Tener responsabilidad social se ha convertido en una consigna de moda en el último tiempo en el mundo de las empresas. Muchos son los esfuerzos que han conducido a ello y mucho lo que se ha escrito sobre la importancia del nuevo paradigma de impacto social.
A raíz de ellos, muchas organizaciones intentan descubrir “lo nuevo”, la última o más nueva tendencia en la llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE), aunque lo cierto es que tal cosa no existe.
No hay una nueva “tendencia” o moda que incorporar en este rubro, sino que se trata más bien de abrazar la noción de que cada organización debe entender y perseguir su propio propósito.
Que sin duda es provocar beneficios económicos para sus dueños, fundadores y accionistas, pero también generar un triple impacto positivo en su propia comunidad y ecosistema.
Qué significan los stakeholders y la política de triple impacto
Hace ya varios que la llamada teoría de los stakeholders se ganó un lugar propio en los estudios sobre empresas. ¿Qué postula? Básicamente que existen muchos grupos de personas “afectados” por la propia existencia de una empresa.
Y que tienen un sostenido interés en ella. Hablamos de accionistas, pero también de empleados, inversionistas, proveedores y también habitantes del área donde produce y opera la compañía.
Más importante aún resulta retener que el interés de ellos puede no ser meramente económico, sino que también se conjuga con cuestiones sociales y de sustentabilidad ambiental.
Y así damos pie a la teoría del triple impacto, que en cierto modo modifica la cultura de una organización y establece que la misma deberá generar políticas que generen un impacto positivo en la economía, la sociedad y el medio ambiente.
Hay muchas empresas que han incorporado esta filosofía y hasta existe una organización internacional -B Lab- que audita y certifica dicha decisión en las llamadas “empresas B”. Por haber sido pionero, incluso en ambas áreas, la empresa brasileña Natura nos puede dejar muchas lecciones al respecto.
Natura, ejemplo de responsabilidad socioambiental
Probablemente sea una de las empresas más exitosas de Brasil. Hablamos de Natura, empresa de cosméticos y venta directa fundada en 1969 y hoy parte fundamental del conglomerado Natura & Co, que reúne marcas como Aesop, de Australia y The Body Shop, de Gran Bretaña.
Para empezar cabe destacar Natura es una B Corp (o corporación B) certificada desde 2014, cuando se convirtió en la primera empresa multinacional que cotiza en bolsa en sumarse a esta certificación internacional.
El impacto en el medio ambiente y en su comunidad
Tal como su propio nombre lo indica, la naturaleza es una fuente primordial de sus insumos a la vez que es parte fundamental de su esencia. Por eso, desde su propia concepción, Natura incorporó una activa política de cuidado del medio ambiente.
En base a una continuación inversión en innovación y desarrollo de nuevo procesos tecnológicos, han logrado una producción eco efectiva en toda su cadena de valor.,
Desde la extracción y regeneración de materias primas hasta la producción de envases renovables y recargables, todos sus productos están impregnados por la misma filosofía. Dato importante: fueron pioneros en dejar atrás los testeos de productos en animales, hoy un sello más que reconocido de la marca.
La responsabilidad social como horizonte
Las causas sociales también son parte fundamental de su ADN. En primer lugar, en relación a las comunidades de las selvas brasileñas donde crecen muchos de sus componentes activos.
La empresa no solo respeta la manera tradicional de cosecha y siembra de muchos de esos recursos, sino que incentiva también programas de capacitación e inserción laboral. En la actualidad, gestiona proyectos sociales en más de 50 municipios de la región amazónica.
Asimismo, ha atendido a muchos de los más recientes reclamos en torno a la inclusión y diversidad laboral. En Argentina, por ejemplo, su fuerza laboral está compuesta por casi un 80% de mujeres, de las cuales el 51% se encuentra en puestos de liderazgo.
Sin desatender jamás la sostenibilidad y crecimiento de la empresa, Natura se ha convertido con el correr de las décadas en un ejemplo de modelo de negocios que busca en igual medida el equilibrio e impacto social, ambiental y económico.