Innovación social: qué significa este concepto y por qué potencia el impacto de las empresas
A problemas complejos, soluciones innovadoras. Ese es un poco el espíritu que se corporiza en la innovación social, un concepto cada vez más utilizado en las empresas que buscan asumir una verdadera estrategia de triple impacto.
El nuevo paradigma en economía entiende que las empresas están cada vez más dispuestas a impactar positivamente en la economía, pero también en el medio ambiente y en toda su comunidad de stakeholders, y la sociedad en conjunto.
¿Qué son los stakeholders? También llamados grupos de interés, son todas aquellas personas y organizaciones que toda empresa afecta e impacta con su actividad.
Son los accionistas e inversores, pero también los empleados, proveedores, colaboradores y los diversos y numerosos miembros de la sociedad donde la empresa opera.
¿A todos ellos la empresa les “debe” revenues o ganancias económicas al igual que a sus accionistas? No.
El enfoque pasa por justamente trascender la concepción de las empresas como meras generadoras de beneficios económicos y empezar a aceptarlas como son: conectores y agentes del cambio social y ambiental.
La innovación, en el centro de toda problemática social
Y así es que llegamos a la innovación social, un concepto que nació al calor de estos nuevos paradigmas de responsabilidad ambiental y social.
Y que ponen a la innovación en el centro de la escena, algo cada vez más necesario en el mundo de hoy.
Para la CEPAL, que viene trabajando en este concepto desde hace más de dos décadas, la innovación social no es otra cosa que el conjunto de nuevas formas y estrategias de gestión, administración y ejecución de políticas destinadas a mejorar las condiciones sociales, ambientales y de vida en general de la población de una región.
Según la Stanford Graduate School of Business, la innovación social es “una solución nueva a un problema social, aunque más efectiva, eficiente, sustentable o justa que la solución actual”.
Su valor agregado, según ese enfoque, está más cifrado en torno a la sociedad en su conjunto que a los individuos por separado.
Y allí hay un importante diferencial, que prioriza el llamado “bien común” por encima del de los individuos, incluso de los grupos de interés.
De cierta manera, podría decirse que la innovación social responde a un paradigma más amplio. Y que entiende que problemas estructurales y complejos como la pobreza, el desempleo, la degradación del medio ambiente o el calentamiento global, requieren de soluciones integradas, interconectadas y sobre todo, innovadoras.
Esto vale para las empresas, pero también para los organismos de gobierno, educación, organización sin fines de lucro y todos aquellos “conectores” capaces de reunir esos atributos: personas, recursos y, tan importantes como aquellas, ideas.
Las claves de la innovación social
Como ya hemos dicho, acá nos centraremos en la innovación social como un concepto renovador para las empresas y organizaciones privadas. En muchos casos, son ellas quienes pueden generar un impacto profundo y positivo en comunidades y medio ambiente.
Y además, son las propias empresas las que suelen abrazar la innovación con mayor rapidez y eficacia. ¿Una idea preliminar y rápida? Establecer un departamento o equipo de innovación social.
Que no sólo esté formado por profesionales del área sino de diferentes departamentos y competencias, desde Recursos Humanos a IT, pasando por Marketing y Logística. La solución, lo hemos dicho, también está en la transversalidad.
A continuación, identificamos 5 claves y variables que podrán marcar el éxito de un verdadero enfoque de innovación social en las empresas:
- Impacto integral. No debemos olvidar nunca que el término “social” engloba tanto los profundos desafíos de la sociedad como los retos medioambientales. Y también los éticos.
- Colaboración constante. La innovación social no se produce de manera aislada. Eso vale para dentro de la empresa, pero también hacia fuera. Debemos trabajar de manera conjunta con el sector público y otros colectivos.
- Viabilidad económica. Aunque se busque resolver problemas sociales, no hay que olvidar nunca que los resultados deben tener resultados que sean viables en la estrategia financiera y económica de la empresa. Eso le permitirá, además, generar estrategias sostenibles en el tiempo.
- Tipo de innovación. En general, hay dos tipos: innovación abierta e innovación cerrada. La primera se basa en que los interesados son libres de copiar una idea y adaptarla. La segunda se basa en la propiedad intelectual, por la cual el conocimiento pertenece al autor. Suele ser más común el primer tipo.
- Escalabilidad. Sería ideal que las innovaciones sociales puedan replicarse en otras organizaciones, lugares y ecosistemas. Primero, porque las problemáticas sociales y ambientales suelen ser globales y segundo porque eso le dará posibilidad de escalar.