¿La Inteligencia Artificial puede cambiar el impacto ambiental?
La era digital avanza a pasos agigantados, y con la llegada de la Inteligencia Artificial, lo hará aún más rápido. La aparición de herramientas como Chat-GPT, aplicaciones que permiten generar una imágen desde cero y más, suponen una nueva serie de desafíos para la sociedad. Un producto que se está volviendo cotidiano pero del cuál todavía no hemos terminado de aprender.
Pero hay un debate del que no todos son conscientes y que será un tema central en los próximos años. Se trata del impacto ambiental que tienen estas tecnologías y que podemos hacer para disminuirlo.
Los recursos que se deben utilizar para que un modelo de IA pueda ser entrenado y sea funcional se duplican en cuestión de meses. El consumo masivo de electrónica va en aumento y podría alcanzar cifras preocupantes en los próximos años.
La huella digital ambiental es cada vez más grande y la situación puede empeorar. Sin embargo, existe una manera sustentable y sostenible que podría permitir estos avances sin generar un impacto grave.
¿Qué son los algoritmos verdes?
Este concepto, bastante nuevo, hace referencia a una nueva generación de algoritmos, que deben ser más eficientes al momento de ser armados. Es decir, que permitan un menor consumo de recursos y a su vez obtener el mismo resultado que uno más complejo.
La demanda de los servicios crece constantemente, y en el caso de la internet y de las utilidades de la Inteligencia Artificial esta ya es uno de los elementos más codiciados. Las IA poseen una base de datos, la cual precisa de un lugar físico. Si bien la idea de la nube se ha vuelto muy popular, eso no quiere decir que la información aún no esté almacenada en ningún espacio físico, para que eso sea posible parece faltar más tiempo. Los centros de datos funcionan de manera ininterrumpida a determinada temperatura y con la necesidad de equipos de refrigeración.
Los algoritmos verdes, se están orientando principalmente a la reducción de la huella de carbono que proviene de Internet. El objetivo de emisión cero tiene hoy una alternativa más para ser logrado. Las nuevas tecnologías son una herramienta esencial para entender mejor los problemas de sostenibilidad y para encontrarles una solución.
Eficiencia energética
La Inteligencia Artificial aplicada a la problemática medioambiental le puede permitir a las empresas implementar soluciones que les ahorren millones de dólares. Identificando las áreas donde el impacto se puede reducir de distintas maneras, como puede ser:
- Cambiar la manera en la que se gestiona la cadena de suministro energético.
- Analizar los datos de los proveedores para determinar quienes ofrecen una mayor eficiencia a un menor costo ambiental.
- Ayudar a mejorar al sistema de producción en su totalidad (desde el uso de materiales más sostenibles, hasta la reducción de las emisiones de los transportes).
El argumento que utilizan muchas empresas que aportan en una cantidad considerable al aumento de la huella de carbono, suele ser el de que las opciones sustentables tienen un costo mayor. Sin embargo, este nuevo proceso de eficiencia energética viene a terminar con ese discurso y a fomentar la reducción del impacto ambiental como nunca antes.
La creación de nuevos o rediseñados materiales que posean un bajo porcentaje de carbono en los productos, aparecen como una gran solución. La obtención de datos de calidad y una supervisión con muchísimos menos errores que antes en los procesos productivos, pueden ser muestras claras de por qué se debe apostar a la aplicación de estas herramientas.
El impacto social en este caso no termina con las empresas, sino que es tan sólo el comienzo. Problemas de agua, agricultura, conservación e incluso del cambio climático, podrían encontrar en esta nueva manera de entender la realidad que nos traen las IA, a un nuevo gran aliado, tal vez el más importante hasta la fecha.
Frente a todo esto, es importante no perder de vista el objetivo principal de estas herramientas, que pueden dar fruto a avances impensados, pero de igual manera pueden causar daño. Para esto, será necesario el fomento de políticas regulatorias que alienten el uso responsable de estas tecnologías, y algunos países ya están trabajan en normas que se adapten a los puntos más importantes no solo para el uso sustentable, sino también el uso dentro del marco de la ética y la transparencia.