El litio se ha vuelto el mineral más preciado por su que es un elemento fundamental para la fabricación de baterías, y es por esto que su demanda va en aumento en todo el mundo. Sin embargo, la extracción y explotación de este recurso natural implica un gran impacto ambiental, debido a que esta implica la pérdida de aguas subterráneas.

Argentina, Bolivia y Chile, concentran las tres reservas más importantes de este mineral en todo el mundo. Se trata de un elemento que además está considerado cómo una de las piezas clave para la transición energética y el cambio tecnológico, pero que sin embargo puede afectar a corto plazo a los ecosistemas.

Es aquí cuando se presenta el gran dilema tanto para las empresas privadas cómo para los estados nacionales. Se trata de una posible solución a los problemas del mundo, y un gran aporte a las economías regionales, pero que podría afectar de manera irreparable a nuestros suelos. La piedra angular hacia la descarbonización y el desarrollo de las energías renovables, pero que a su vez propone un escenario complicado en materia ambiental.

La producción de baterías es compleja, y por lo tanto su cadena de suministros también, de esta forma se vuelve difícil controlar a todas las partes dentro de la matriz productiva. No obstante, no todo está pérdido. Al día de hoy existen varios proyectos de empresas y equipos de trabajo que se proponen dar con una solución sustentable que permita la extracción de este metal.

Métodos alternativos para la extracción sostenible del litio

Cada día son más las empresas del sector que aumentan sus esfuerzos para desarrollar tecnologías alternativas y más sostenibles. Algunos de estos métodos ya funcionan como complementos a la forma tradicional, y otros todavía se encuentran en su fase de desarrollo, aunque se prevé que en los próximos años, antes de finalizar la década, ya se esten implementando en todas las áreas de extracción de litio. 

El método de extracción directa, es hasta ahora el más eficiente de todos ellos, se trata de una estrategia química mucho más selectiva que separa el mineral de los demás componentes en horas, a diferencia del método vigente que puede tardar hasta 12 meses. El mismo, permite también una explotación mayor de este elemento pero todavía no ha podido resolver el problema del uso del agua dulce para separar este metal y la utilización intensiva de energía eléctrica.

La trazabilidad geoquímica, aparece como una solución a la complejidad que presenta el seguimiento de la cadena de suministros y los sistemas de producción. No soluciona el problema, pero reduce el impacto ambiental, evitando la extracción innecesaria. La posibilidad de seguir la huella digital, se produce gracias a que la fabricación de baterías con este material, contiene variaciones relativas en su firma isotópica si la explotación se realizó con los métodos legales o de manera ilegal. 

Es importante recordar que la búsqueda de métodos alternativos y sostenibles, no presentan sólo un impacto en el aspecto ambiental, sino también en lo económico y en lo social. Una extracción más consciente, debe priorizar también la responsabilidad social, los ecosistemas y las vidas de quienes viven en los alrededores de las áreas de explotación se ven en peligro ante estas acciones. 

La empresa alemana que busca una explotación de litio sostenible en Sudamérica. 

La empresa alemana Liverde firmó un contrato con la chilena RJR Lithium para explotar litio sin uso de agua adicional y que buscará reducir la cantidad de residuos a partir de 2027. El proyecto de cooperación, se establece cómo el primer acercamiento oficial entre dos empresas importantes del mercado para encontrar una solución que genere una reducción de la huella ambiental.

Con un costo de 500 millones de dólares, buscará que la explotación en zonas desérticas de Chile, deje de ser una amenaza a la biodiversidad. El modelo aplicará el método de extracción directa, algo que podría derivar en una certificación ambiental por parte del gobierno chileno, que evalúa si este también puede ser eficiente en materia de explotación para aumentar los beneficios al país. 

La demanda de litio podría ser cuatro veces mayor a partir del 2030, y es por esto que una solución en conjunto de todas las partes es la respuesta necesaria para combatir el impacto ambiental y permitir el desarrollo de un recurso vital para la transición energética. Por su parte, en Argentina también ha habido grandes avances en los últimos años y el sector sigue en ascenso.