Tecnología social, ¿qué es y para qué sirve?
Nacido hace más de un siglo, el concepto de tecnología social puede ser esencial para un efectivo cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU para 2030.
La tecnología ha convivido con la raza humana prácticamente desde los comienzos de la historia. Con menor o mayor complejidad, el hombre ha creado siempre herramientas, técnicas e innovadores métodos para conseguir los más variados objetivos.
Por supuesto, toda esa fértil historia se vio potenciada a partir de la Revolución Industrial, el profundo proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en el siglo XVIII y que de cierta manera continúa hasta nuestros días.
Cambiando de nombre o de etapas, hay quienes aseguran que ya estamos en la cuarta etapa: la revolución tecnológica es algo cotidiano para todos. Solo que la velocidad a la que ocurren los cambios es más vertiginosa y acelerada.
Tecnología social: ¿Qué es?
En ese contexto, una idea fue creciendo en la mente de muchos teóricos, quienes empezaron a pensar en quiénes son los principales beneficiados de los cambios tecnológicos.
Al notar que en la enorme mayoría de los procesos eran las élites económicas las que podían sacar rédito de ciertos saltos tecnológicos, decidieron comenzar a hablar de una tecnología social, definida como aquella técnica, proceso, método o herramienta creada para solucionar algún tipo de problema que atañe a toda la sociedad. O incluso a una comunidad en particular, generando empoderamiento en sus habitantes y el desarrollo autónomo de proyectos colaborativos en esa misma comunidad.
Para ello, entonces, debe atender 4 principios básicos:
- Simplicidad
- Bajo costo
- Fácil aplicabilidad (y por ende, posibilidad de ser replicada de manera sencilla)
- Impacto social comprobado
La importancia de la tecnología social es tal que ya ha sido señalada como una de las llaves principales para poder cumplir con los ambicioso Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para 2030.
¿Qué son los ODS?
En 2015, en su Asamblea General, la ONU aprobó una ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
¿En qué consiste? Básicamente es un plan de acción, compuesto por 17 objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que buscarán asegurar el bienestar de las personas y del planeta, así como fortalecer la paz mundial y el acceso universal a la justicia.
Los 17 ODS, que contienen a su vez 169 metas de carácter integrado, son:
- Fin de la pobreza
- Hambre cero
- Trabajo decente y crecimiento económico
- Salud y bienestar para la población global
- Educación de calidad
- Igualdad de género
- Acceso a agua limpia y saneada
- Energía accesible y no contaminante
- Fortalecimiento de la industria, la innovación y la infraestructura
- Reducción de las desigualdades
- Sostenibilidad en ciudades y comunidades sostenibles
- Producción y consumo responsables
- Acción por el clima
- Protección de la vida submarina
- Protección de la vida de ecosistemas terrestres
- Paz, justicia e instituciones sólidas
- Alianzas para lograr los objetivos
La importancia de la tecnología social en el desarrollo
Podríamos empezar a destacar el ahorro de fuerza, tiempo y recursos, pero lo cierto es que la tecnología social, entendida como bien social, puede actuar además en otros terrenos donde la desigualdad es latente.
Entre ellos, el acceso a la información, al financiamiento (ya sea privado o estatal) y también a la aparición de nuevos negocios y emprendimientos, incluso en zonas acostumbradas a recibir casi por default dádivas y donaciones.
Ejemplos de tecnología social:
La aparición de las plataformas de crowdfunding o financiamiento colectivo en la web sin duda constituyó todo un hito para la tecnología social, al democratizar, compartir y visibilizar proyectos de todo tipo. Hoy es posible participar activamente en la creación de proyectos comunitarios en el Amazonas, en Nigeria o Tonga.
Y si seguimos con el mundo de las aplicaciones, la verdad es que el panorama se vuelve súper amplio. Sobre todo porque cumplen a rajatabla los principios de simplicidad y replicabilidad.
Los ejemplos sobran, desde las aplicaciones para aprender a leer (o incorporar todo tipo de conocimientos) hasta las aplicaciones sanitarias y las de mejoramiento de cultivos.
Pero no todo es el mundo digital y en la esfera “analógica” podemos encontrar ejemplos muy variados, que van de las plantas recicladas potabilizadoras de agua a otros más pequeños, como los sueros caseros para combatir cuadros de deshidratación.
Así, la tecnología social es un pilar fundamental para un futuro más equitativo y sostenible.
Enfocada justamente en la simplicidad, el bajo costo, la fácil aplicabilidad y su demostrado impacto social, promete ser un catalizador crucial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030.
Sobre todo, por democratizar el acceso a recursos, información y oportunidades, la tecnología social abre un camino hacia un mundo más justo y colaborativo.